sábado, 2 de enero de 2010

Mendoza

Siempre pasan cosas interesantes. A pesar de todo siempre pasa algo interesante. Por ejemplo, el otro día que iba caminando por Rivadavia; Un gigante me cogió la cabeza. Me la cogió como cuando estoy en el supermercado y cojo una fresa y la pruebo; entonces yo pensé en: MIERDA. No tengo una cabeza, tengo una cabecita. Después siento sus manos tan grandes y me derrumbo porque siento miedo.
Me imagino que así, hay miles de gigantes que cogen cabezas, pero también hay otros que cogen corazones, pies, espaldas u ojos. Es interesante pensar como hay seres más grandes que atrapan corazones, así, con sus dos dedos gigantes. Estos gigantes atrapan mi corazón y lo prueban.
Me da miedo, pero es interesante. Así como los abismos que son interesantes. Mi corazón no deja de latir nunca. Me gusta sentir miedo, me gusta ver ese agujero gigante y no saber que hay al fondo, porque en el fondo todo es oscuro en los abismos. Solo pienso en que si me caigo me voy a morir, pero siempre y cuando exista ese gigante que coge mi corazón y mi cuerpo y no lo deja caer en esos abismos a los que les tengo miedo, voy a estar bien.
Solo en estos casos soporto las cosas grandes.

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